viernes, 26 de mayo de 2017
domingo, 14 de mayo de 2017
Corrupción en la Democracia
Corrupción
en la Democracia
La corrupción de la Democracia se podría calificar como un
riesgo o amenaza que ataca la base de nuestra sociedad, ese así que en este
momento la corrupción es considerada como una enfermedad crónica, una epidemia
que contamina las asociaciones, los gobernantes, los trabajadores que pervierte
el ámbito político, económico y social.
Es así que la corrupción
de la democracia, presenta como su verdadera causa la pérdida de valores públicos
lo que fragmenta la política y lleva a desmanes con fines enteramente capitalistas.
Al presentarse corrupción
en la política, se puede establecer que es el fin del estado de derecho, por
cuanto se transgrede las normas establecidas y donde propende más al interés particular
al general, con llevando a la desaparición de la cultura ciudadana siendo
sustituida por mafias internas que tienen como fin sus intereses propios. Para
atender los casos concretos de corrupción lo que se debe hacer es atacar
directamente a la corrupción del propio sistema.
En conclusión,
es importante reconocer que es sistema democrático actual no respeta los
valores que lo instauraron, por tal razón la premisa será reinventar los
principios y valores que establecen la democracia, en donde el estado de
derecho y la igualdad ante la ley se presenten como normas rectoras y se genere
transparencia y participación ciudadana generando un nuevo sistema socio-político,
siendo este el que recupere todos los valores señalados.
En relación a las lecturas practicas
presentadas se extrae el siguiente párrafo que contribuye al encaminamiento del
cambio a una democracia garante de su sociedad. “Es un asunto convencional diferenciar entre dos modelos de democracia,
una democracia liberal o representativa, y una democracia participativa. En
esta última, el pueblo es el titular del poder y hace ejercicio directo de él a
través de su participación en los asuntos públicos, lo que da lugar a entender
que se trata de un auténtico gobierno del pueblo. Aquella, por su parte, se
instituye merced a la acción de unos representantes de la opinión y del interés
de los ciudadanos en el marco de la ley, lo que hace que se constituya en “un
sistema de limitación y control del poder, en el que cabe hablar, más que de un
gobierno del pueblo, de un gobierno querido por el pueblo” (Cortina 2001, p.
89)”.
Por otra parte, otros autores
manifiestan lo siguiente: Crawford
Macpherson elaboró una metodología para estudiar lo que llamó “los modelos
democráticos” (Macpherson 1976). Allí nos presenta un modelo que llama “la
democracia como participación”. Analiza el problema que presentan las
dimensiones de las sociedades modernas para aumentar la participación política
y social. Muestra las dificultades que tendría llegar a una democracia
participativa, dadas las características de la sociedad de mercado actual, la
cual forma y requiere individuos orientados a la actividad económica productiva
y de consumo, y desincentiva la preocupación por los problemas sociales y
políticos considerados solo como el marco para la realización de los proyectos
individuales (Vergara 1999).
Por último es importante
afirmar lo siguiente: deja en claro que
la estabilidad de las democracias modernas no depende únicamente de la justicia
de sus instituciones básicas, sino también de las cualidades y de las actitudes
de sus ciudadanos; vale decir, del sentimiento de identidad que éstos sean
capaces de producir, a la vez que de las apreciaciones que lleguen a tener de
“otras formas de identidad nacional, regional, étnica o religiosa que
potencialmente pueden competir con la suya; de su capacidad de tolerar y de
trabajar con personas distintas de ellos” (ibíd.). Ello es un componente de
importancia a la hora de evaluar su deseo de asumir un compromiso ciudadano, de
decidirse a participar en el proceso político tendiente al establecimiento del
bien público, de reconocer y fortalecer los vínculos con las autoridades
responsables y de asumir de manera personal un sentido de justicia que
favorezca una distribución más equitativa de los recursos.
Villarroel, R. (2013). Ética del desarrollo, democracia deliberativa y
ciudadan ía biológica. una articulación en clave biopolítica afirmativa.
(Spanish). Revista De Filosofía (00348236), 69257-276.
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