domingo, 14 de mayo de 2017

Corrupción en la Democracia

Corrupción en la Democracia

La corrupción de la Democracia se podría calificar como un riesgo o amenaza que ataca la base de nuestra sociedad, ese así que en este momento la corrupción es considerada como una enfermedad crónica, una epidemia que contamina las asociaciones, los gobernantes, los trabajadores que pervierte el ámbito político, económico y social.
Es así que la corrupción de la democracia, presenta como su verdadera causa la pérdida de valores públicos lo que fragmenta la política y lleva a desmanes con fines enteramente capitalistas.
Al presentarse corrupción en la política, se puede establecer que es el fin del estado de derecho, por cuanto se transgrede las normas establecidas y donde propende más al interés particular al general, con llevando a la desaparición de la cultura ciudadana siendo sustituida por mafias internas que tienen como fin sus intereses propios. Para atender los casos concretos de corrupción lo que se debe hacer es atacar directamente a la corrupción del propio sistema.
En conclusión, es importante reconocer que es sistema democrático actual no respeta los valores que lo instauraron, por tal razón la premisa será reinventar los principios y valores que establecen la democracia, en donde el estado de derecho y la igualdad ante la ley se presenten como normas rectoras y se genere transparencia y participación ciudadana generando un nuevo sistema socio-político, siendo este el que recupere todos los valores señalados.

En relación a las lecturas practicas presentadas se extrae el siguiente párrafo que contribuye al encaminamiento del cambio a una democracia garante de su sociedad. “Es un asunto convencional diferenciar entre dos modelos de democracia, una democracia liberal o representativa, y una democracia participativa. En esta última, el pueblo es el titular del poder y hace ejercicio directo de él a través de su participación en los asuntos públicos, lo que da lugar a entender que se trata de un auténtico gobierno del pueblo. Aquella, por su parte, se instituye merced a la acción de unos representantes de la opinión y del interés de los ciudadanos en el marco de la ley, lo que hace que se constituya en “un sistema de limitación y control del poder, en el que cabe hablar, más que de un gobierno del pueblo, de un gobierno querido por el pueblo” (Cortina 2001, p. 89)”.

Por otra parte, otros autores manifiestan lo siguiente: Crawford Macpherson elaboró una metodología para estudiar lo que llamó “los modelos democráticos” (Macpherson 1976). Allí nos presenta un modelo que llama “la democracia como participación”. Analiza el problema que presentan las dimensiones de las sociedades modernas para aumentar la participación política y social. Muestra las dificultades que tendría llegar a una democracia participativa, dadas las características de la sociedad de mercado actual, la cual forma y requiere individuos orientados a la actividad económica productiva y de consumo, y desincentiva la preocupación por los problemas sociales y políticos considerados solo como el marco para la realización de los proyectos individuales (Vergara 1999).


Por último es importante afirmar lo siguiente: deja en claro que la estabilidad de las democracias modernas no depende únicamente de la justicia de sus instituciones básicas, sino también de las cualidades y de las actitudes de sus ciudadanos; vale decir, del sentimiento de identidad que éstos sean capaces de producir, a la vez que de las apreciaciones que lleguen a tener de “otras formas de identidad nacional, regional, étnica o religiosa que potencialmente pueden competir con la suya; de su capacidad de tolerar y de trabajar con personas distintas de ellos” (ibíd.). Ello es un componente de importancia a la hora de evaluar su deseo de asumir un compromiso ciudadano, de decidirse a participar en el proceso político tendiente al establecimiento del bien público, de reconocer y fortalecer los vínculos con las autoridades responsables y de asumir de manera personal un sentido de justicia que favorezca una distribución más equitativa de los recursos. 

Villarroel, R. (2013). Ética del desarrollo, democracia deliberativa y ciudadan ía biológica. una articulación en clave biopolítica afirmativa. (Spanish). Revista De Filosofía (00348236)69257-276. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario